miércoles, 22 de julio de 2009

Los siete poderes de la Biodanza

El éxito pedagógico y terapéutico de Biodanza se debe a sus efectos sobre el organismo como totalidad y a su poder de rehabilitación existencial, y son los siguientes:


1. Poder musical,
2. Poder de la danza integradora,
3. Poder de la metodología vivencial,
4. Poder de la caricia,
5. Poder del trance,
6. Poder de la expansión de conciencia,
7. Poder del grupo.

Cada uno de ellos tiene, por sí mismos, un efecto transformador. Relacionados en un conjunto coherente, mediante un modelo teórico científico, constituyen un haz de ecofactores de extraordinarios efectos, capaces de influir incluso en las líneas de programación genética.



1. Poder musical:

Orfeo inauguró míticamente en Occidente el “poder musical”. Mediante la música integradora, con la lira de Apolo, era capaz de influir en las leyes de la naturaleza y en los misteriosos patrones que organizan la vida. Bajo el influjo de su música, Orfeo podía hacer florecer los árboles en invierno y calmar a los animales salvajes.

Desde tiempos inmemoriales, el poder musical es conocido en Japón, China y otros países Orientales. El empleo de la música por chamanes, monjes tibetanos y danzarines sufíes para invocar las fuerzas de curación y vínculo cósmico, también es muy conocido por los antropólogos.

Actualmente la investigación científica en Músicoterapia y en Psicología de la Música confirma la eficacia del poder musical. Basta mencionar a Alfred Tomatis, Don Campbell, Yehudi Menuhim y Michel Imberty para comprender que la música no sólo se vincula con las áreas perceptivas de la sensibilidad y de la innovación, sino que posee poderes de transformación sobre plantas, animales y, en especial, sobre los seres humanos.

Alfred Tomatis nos enseña que “escuchar el universo” abre la percepción en todas sus dimensiones y restablece los vínculos esenciales con el medio ambiente y con las personas.

Don Campbell ha descubierto algunos efectos específicos de ciertas músicas de Mozart, capaces de estimular funciones cognitivas y perceptivas. El “Efecto Mozart” puede extrapolarse también al “Efecto Vivaldi”, “Efecto Bach” o al “Efecto Debussy”.

Yehudi Menuhim ha estudiado las relaciones entre música y neurociencias, comprobando los efectos de la música en las funciones neurofisiológicas y en el comportamiento de los niños.

Michel Imberty, uno de los mayores especialistas en semántica musical, ha hecho el análisis de diversos temas musicales y sus significados emocionales.

Investigaciones sobre semántica musical han sido realizadas por Gundlach (1935), Hevner (1936), Campbell (1942) y Watson (1942). Muchos otros investigadores actuales han comprobado los efectos de la música sobre organismos vivos.

En Biodanza, la música es rigurosamente seleccionada para estimular los ecofactores relacionados con las cinco líneas de vivencia.

Denominamos “música orgánica” aquellas que presentan atributos biológicos: fluidez, armonía, ritmo, tono, unidad de sentido y efectos cenestésicos; éstas tienen el poder de inducir vivencias integradoras.

Debido a que la música puede despertar vivencias intensas, su selección en Biodanza obedece a criterios semánticos, es decir a sus significaciones temáticas, emocionales y vivenciales. La música puede despertar emociones sentimentales eróticas, eufóricas, nostálgicas, etc., las cuales, al ser danzadas, se transforman en vivencias.


2. Poder de la danza integradora:

Biodanza posee un repertorio de alrededor de 250 ejercicios y danzas cuya finalidad es activar los movimientos humanos en forma armónica e integradora; no existen movimientos disociativos en Biodanza. Contamos con un conjunto de ejercicios de integración sensorio-motora, afectivo-motora y de sensibilidad cenestésica; otro conjunto de ejercicios está formado por danzas sencillas que estimulan las vivencias de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.

Durante la práctica de Biodanza la música se transforma en movimiento corporal, es decir que “se encarna”, y el bailarín entra en vivencia. De la combinación música-movimiento-vivencia se desencadenan cambios sutiles en los sistemas límbico-hipotalámico, neurovegetativo, inmunológico y en los neurotransmisores.

Todas estas danzas son ecofactores de gran poder de deflagración vivencial, se potencian recíprocamente y su efecto es la homeostais de las funciones orgánicas, la regulación del sistema integrador-adaptativo-límbico-hipotalámico y la elevación de la calidad de vida en el sentido de la plenitud y goce de vivir.



3. Metodología vivencial:

La metodología de Biodanza se orienta a la deflagración de vivencias integradoras, capaces de superar las disociaciones que induce nuestra cultura.

Actualmente un gran número de personas viven estados de disociación psicosomática. Piensan en algo, sienten en forma diferente y actúan de modo disociado respecto a lo que sienten. La unidad de nuestra existencia está en permanente crisis. Es a través de las vivencias que se perfecciona la unidad neurofisiológica y existencial del ser humano.

La vivencia es la sensación intensa de estar vivo “aquí-ahora” y posee fuertes componentes cenestésicos y emocionales. Las vivencias tienen diferentes matices emocionales, tales como euforia, erotismo, ternura, paz interior, etc., esto contribuye a la expresión auténtica de la identidad.

La vivencia es diferente de la emoción. Emoción es una respuesta a estímulos externos y desaparece cuando éstos cesan. La vivencia es una experiencia que abarca la existencia completa, posee efectos profundos y duraderos donde participa el organismo como totalidad e induce el sentimiento de estar vivo, trascendiendo el ego. Es una experiencia “aquí-ahora”.

El despertar de vivencias, que nos permiten ser nosotros mismos, constituye una nueva epistemología. Nuestras intensas motivaciones instintivas y afectivas son inhibidas por patrones culturales. Las vivencias profundas que comprometen la unidad de nuestro psiquismo son las fuerzas originarias de la vida.

El abordaje racional de nuestros conflictos no resuelve a fondo las perturbaciones disociativas; tener conciencia de nuestros conflictos no modifica el comportamiento. Es la vivencia de estar vivo, la percepción cenestésica de nuestro cuerpo y, en suma, la posibilidad de “ser honestamente nosotros mismos” lo que permite una existencia integrada y saludable. Por este motivo no empleamos el análisis de conflictos, sino estimulamos la parte sana de nuestra identidad a través de vivencias intensas, “el instante es el único lugar donde se puede vivir”.

La metodología vivencial permite el proceso de integración. Biodanza es, por definición, un sistema de integración de potenciales humanos. Integración significa “coordinación de la actividad entre diversos sub-sistemas para alcanzar el funcionamiento armonioso de un sistema mayor”. La vivencia es el agente esencial de integración de la unidad funcional: “habitamos el aquí y ahora, en un tiempo cósmico”.


4. Poder deflagrador de la caricia:

“Biodanza es una poética del encuentro humano”…

La conexión con las personas es esencial en todo acto de rehabilitación o curación, no existe crecimiento solitario (las técnicas místicas o terapéuticas de carácter solipsista son una falacia). El contacto con otras personas es lo que permite el crecimiento.

La conexión verbal es insuficiente. Es necesario el contacto, la danza en pareja ó colectiva y el compromiso corporal dentro de un contexto sensible, sutil y en feed-back.

Sobre los efectos terapéuticos y pedagógicos de la caricia, actualmente existen múltiples investigaciones científicas. Centenares de autores han descubierto que el contacto valoriza y da continente afectivo a las personas. Sin embargo no basta el contacto, es necesaria la conexión, es decir que cualquier forma de vínculo físico esté movido por una fuerza afectiva sincera.

Existen fundamentos científicos de las terapias de contacto. Podemos mencionar, entre numerosos investigadores, los siguientes: S. F. Harlow, René Spitz, Rof Carballo, Lopez Ibor, Bowlby, etc.

La caricia, por lo tanto, no es solo contacto sino conexión. Las terapias que no tienen compromiso corporal son disociativas, ya que trabajan sólo a nivel de la conciencia y no en las vivencias significativas de amor y comunión.

La afectividad, núcleo central de todas las terapias, incluye: la conexión, la coparticipación, el “nosotros” de Martín Buber.


5. Poder del trance:

El trance es un estado alterado de conciencia que implica la disminución del ego y regresión a lo primordial, a lo originario, en cierto modo a etapas perinatales. Se trata de un fenómeno de regresión a los estados iniciales de la existencia.

Los efectos del trance son de renovación biológica, porque durante este estado se reeditan las condiciones biológicas del comienzo del desarrollo humano (metabolismo más intenso y despertar de la percepción cenestésica) y las primeras necesidades de protección, nutrición y contacto.

Por esta razón, los ejercicios de trance en Biodanza permiten la reparentalización, es decir el “nacer de nuevo” dentro de un contexto de amor y cuidado. Muchos adultos llevan dentro de sí a un niño herido, un niño abandonado, sin amor. La reparentalización permite curarlo en ceremonias de trance y renacimiento.

Entre los recursos del Sistema Biodanza, contamos con el innovador método de “trance de suspensión”, que permite tener acceso al estado de trance en forma progresiva y de dulce abandono.


6. Poder de la expansión de conciencia:

La expansión de conciencia es un estado de percepción ampliada que se caracteriza por restablecer el vínculo primordial con el universo. Su efecto subjetivo es un sentimiento intenso de unidad ontocosmológica y alegría trascendente.

Biodanza induce estados de expansión de conciencia mediante músicas, danzas y ceremonias de encuentro. Tener acceso a la “experiencia suprema” requiere una preparación previa y un nivel superior de integración y madurez. Los procedimientos que utilizamos para inducir cambios progresivos de estado de conciencia son:

- Ejercicios para ampliar la percepción de la naturaleza y de las personas a través de los cinco sentidos,
- “Lectura del alma” mediante la percepción del rostro de los compañeros después del trance,
- Ejercicios de placer cenestésico para disminuir la intervención del ego,
- Ejercicios de fluidez lenta con abandono,
- Ejercicios de éxtasis e íntasis.

Diversas técnicas psicoterapéuticas y de desarrollo interior utilizan drogas y “plantas mágicas” para inducir estados de expansión de conciencia, las propuestas de la psicoterapia transpersonal la buscan por otros medios.

El Dr. Albert Hofmann, creador del LSD-25 (dietilamida del ácido lisérgico), ha propuesto una nueva forma de educación de la percepción y de la capacidad de empatía mediante la “experiencia enteógena”, en un contexto de intimidad con la vida. Esta propuesta es difícil de realizar debido a la ignorancia científica; la frivolidad de muchos autores -como Timothy Leary- ha desprestigiado la experiencia lisérgica, con lo cual la humanidad ha sido profundamente perjudicada.

En Biodanza no utilizamos drogas y preferimos activar los mecanismos de los neurotransmisores que existen normalmente en el organismo y que cumplen el mismo efecto de las drogas enteógenas. Después de vivir una “experiencia suprema” (estrictamente acompañado), se descubre un nuevo sentido de la vida y la elevación del vínculo con la naturaleza, con otras personas y consigo mismo. La transtasis (cambio súbito de transformación interior) consiste en la integración orgánica de la percepción, de la inteligencia abstracta y de la afectividad.

Biodanza induce estados de plenitud, y frecuentemente de éxtasis, a través de ejercicios de afectividad y trascendencia. Los estados de expansión de conciencia tienen un efecto perdurable respecto al sentido de la existencia y al modo de ser en el mundo, y consisten en un éxtasis por toda la creación, sus bosques, animales y en especial las personas.

La experiencia enteógena es “el despertar de lo divino en el hombre”. Tiene dos aspectos:


a) Éxtasis (vínculo con el mundo externo y con las personas): La profundización de este estado puede conducir al éxtasis contemplativo con llanto frente a la belleza indescriptible de la realidad, unido a la pérdida del límite corporal e intenso placer. También puede producirse una profunda identificación con la esencia de una persona, causando una comprensión absoluta de ella y logrando sentir una emoción intensa de amor y fraternidad.
El estado de placer cenestésico es cuando una persona se abandona a “ser sí misma” y, de pronto, es un médium de la música, es decir que el “individuo es música”. Se produce cuando se danza con los ojos cerrados, en profunda sensibilidad, lenta y armónicamente.

b) Íntasis (vínculo consigo mismo): Es la súbita ampliación de conciencia unida a la vivencia emotiva de “estar vivo” por primera y única vez, concentrando todas las posibilidades del ser. Esta vivencia va acompañada de un sentimiento de belleza y plenitud. Es sentirse parte viva de una totalidad orgánica, unido a un sentimiento de eternidad (atemporalidad). La vivencia corporal es pulsante, con sensaciones de escalofrío y piloerección.

INTASIS EXTASIS

- Armonía cenestésica - Empatía

- Éxtasis musical - Éxtasis amoroso

- Vivencia intrauterina - Éxtasis altruista

- Vivencia oceánica - Éxtasis contemplativo

- Iluminación - Éxtasis cósmico



7. Poder del grupo:

El grupo en Biodanza es una matriz de renacimiento que se integra a nivel afectivo y constituye un campo de interacciones muy intenso.

Biodanza no es un sistema solipsista ni de comunicación verbal. Su poder está en la inducción recíproca de vivencias entre los participantes del grupo. Las situaciones de encuentro tienen el poder de cambiar profundamente actitudes y formas de relacionamiento humano.

La forma de integración del grupo en Biodanza se diferencia radicalmente de la dinámica de grupo tradicional.

Prof. Rolando Toro Araneda.

martes, 21 de julio de 2009

Biodanza

La Biodanza fue desarrollada por el Poeta, Pintor, Antropólogo y Psicólogo Chileno Rolando Toro Araneda hace más de 30 años. Es un sistema interdisciplinar que incluye el arte (la música, la poesía, la danza y el canto), la filosofía, la antropología, las ciencias de la salud y las ciencias sociales.

Pretende despertar la sensibilidad humana frente a la existencia, rescatando los gestos comunes a la vida que compartimos como especie y facilitando la integración afectiva, la orientación hacia el eros, hacia el éxtasis y el placer de vivir. Para ello utiliza como elementos metodológicos la música, el movimiento y la emoción, en interacción grupal. La combinación de estos factores promueve la recuperación de elementos primordiales para restablecer la autoestima, y la armonización personal, favoreciendo una nueva forma de comunicación y una renovación del estilo de vida.

La Biodanza ha evolucionando junto con la ciencia y con la evidencia de su eficacia en la aplicación a grupos de individuos, tanto sanos como enfermos. El mismo Rolando ha variado su definición de Biodanza a medida que iban emergiendo nuevas investigaciones y nuevos datos. Una de las definiciones que tiene total validez actual y que refleja los poderes de la Biodanza en el restablecimiento y la reeducación para la salud, el placer y la vida es la siguiente.

“Biodanza es un sistema de integración humana, renovación orgánica (rejuvenecimiento), reeducación afectiva y reaprendizaje de las funciones originarias de vida (los instintos) que utiliza la inducción de vivencias integradoras por medio de la música, el canto, el movimiento, la caricia y situaciones de encuentro grupal".


En esta definición encontramos los principales elementos que hacen de la Biodanza una de las pocas terapias integrativas, que no disociativas, que actúan sobre la parte sana del individuo, en un intento de “iluminar de luz la insistente tiniebla”.





Sistema de Integración Humana




La Teoría General de Sistemas de Bertalanffy define sistema como un conjunto organizado de cosas o partes interactuantes e interdependientes que se relacionan formando una todo unitario y complejo. Estas cosas o partes no tienen que ser objetos en el sentido físico, más bien se tiene en cuenta su sentido funcional. En Biodanza estos elementos lo constituyen la música, el movimiento, el grupo, la caricia, el trance, la vivencia y el amor cósmico. Juntos forman un ambiente enriquecido, un conjunto de factores que tienen la capacidad de alimentar los sistemas de vida.

Biodanza es una de las pocas terapias o sistemas que ponen el énfasis en la integración humana, esto es, facilita la integración entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que decimos o hacemos.

El aprendizaje en Biodanza se propone en tres niveles: el cognitivo, el de la vivencia y el visceral. Estos tres niveles están relacionados neurológicamente y pueden condicionarse recíprocamente, aunque posean además una fuerte autonomía. Un aprendizaje que no integre estos tres niveles resulta en una serie de comportamientos disociados donde el pensamiento (lo racional), el sentimiento y el cuerpo siguen comportamientos distintos. Y esto es lo que ha inducido una sociedad altamente represora y disociadora como la nuestra.

Es común en la vida cotidiana de muchas personas que lo que pensamos no se corresponde con lo que sentimos y con lo que hacemos. Por ejemplo, un hombre puede pensar que tiene derecho a no ir a trabajar porque está cansado pero a la vez siente miedo por lo que pueda ocurrir y corporalmente puede darle una diarrea nerviosa. Éste es un claro ejemplo de disociación.

Las terapias cognitivas que trabajan a nivel verbal se han centrado en la vertiente que va de los significados a las emociones. Han creído que la comprensión de los significados puede modificar las respuestas emocionales ante las situaciones de la vida. Pero esto no es así. Muchos individuos pueden pasar años en psicoterapia sin ejecutar un cambio en su vida diaria que es donde realmente se juega la vida.
También las terapias corporales han pecado de un exceso de mecanización y disociación al contemplar el cuerpo de manera mecánica y no viva sin contemplar el efecto que el pensamiento y la emoción tienen sobre la salud física.



Biodanza entiende la experiencia humana como un todo integrado donde lo cognitivo, lo vivencial y lo visceral están relacionados y ofrece una metodología coherente y sencilla que facilita la integración humana, unificando el pensamiento con el sentimiento y el movimiento y despertando nuevas maneras de relación e integración con uno mismo, con el otro y con el universo.



Renovación Orgánica


La práctica de la Biodanza acelera procesos de curación y sanación. Al entrar en un ambiente enriquecido como es el grupo de Biodanza, la relación de vida que se establece genera más vida y nuestros sistemas biológicos entran en un rápido proceso de recuperación, renovación y rejuvenecimiento.

Arthur Jones, el innovador en medicina psicosomática, descubrió que el 75% de las enfermedades humanas eran producto de nuestros estilo de vida civilizado. El 25% restante era compartido con los animales e incluía enfermedades víricas, bacteriales, malnutrición…etc. A estas enfermedades propias de nuestro estilo de vida las llamó “enfermedades de civilización” y a los que las padecen “enfermos de civilización”.
Biodanza es la solución para estos “enfermos”.

Detrás de cualquier enfermedad hay una situación de desequilibrio que actúa como base. Este desequilibrio neurovegetativo que es lo que comúnmente llamamos estrés.
La metodología vivencial de la Biodanza facilita una pronta armonización neurovegetativa y una liberación de las causas psicológicas generadoras de estrés. A través de la inducción de estados especiales de trance se activan procesos de reparación celular y regulación global de las funciones biológicas, disminuyendo los factores de desorganización y stress. Esto facilita la integración afectiva del individuo consigo mismo y con el otro, vinculándonos desde lo que nos une (el amor) y no desde lo que nos separa (el miedo), reduciendo así las situaciones de angustia y ansiedad.





Reeducación afectiva


La afectividad en nuestra sociedad está gravemente perturbada. Hay violencia en todos los estratos de la sociedad; en las escuelas, en las familias, en las ciudades, en la política… sin hablar de los conflictos bélicos.
Incluso los niños muestran a edades tempranas conductas agresivas.

La afectividad es aquello que nos vincula con el otro y con lo que nos rodea. Es lo que nos permite relacionarnos de manera amorosa con la realidad exterior y también con la realidad interior.

Biodanza facilita la reeducación de la afectividad, tanto en niños como en adultos, descubriendo nuevas maneras de relacionarse y de vincularse con uno mismo y con el otro desde la cercanía, desde el amor.



Reaprendizaje de las funciones originarias de vida


Este reaprendizaje consiste en la sensibilización a los instintos de base que constituyen la expresión de nuestra programación genética. Los instintos son patrones automáticos y hereditarios de comportamiento que no requiere de aprendizaje y que se manifiesta ante estímulos específicos. Su finalidad es la adaptación y conservación de la especie, de la vida.
La función instintiva contiene la sabiduría de la vida y aunque culturalmente se ha asociado lo instintivo con lo irracional, lo cierto es que la función instintiva tiene una lógica que obedece a la vida y no al pensamiento.

La autorregulación de los instintos tiene una base neuroendocrina altamente precisa. Su liberación permite rescatar en el propio estilo de vida una coherencia con estos impulsos innatos favoreciendo una nueva manera de vivir en más armonía con las necesidades del organismo y por lo tanto con una mayor salud.

“Retornar al origen”, “reconciliarse con el niño interior”, “restaurar la función del orgasmo”…frases propias de la psicoterapia más moderna nos indican que hay una certeza de la necesidad de reconectar al ser humano a las fuentes originarias de vida, a su jungla instintiva interior.

La Biodanza propone el desarrollo de las potencialidad genéticas humanas en un contexto de grupo afectivamente integrado rescatando la valentía y la alegría de vivir.



Metodología Vivencial


Ninguna otra terapia o sistema aporta una metodología Vivencial en un ambiente enriquecido positivamente como la Biodanza. La palabra vivencia hace referencia a una experiencia vivida con gran intensidad por el individuo en el momento presente que compromete la cenestesia (percepción interna corporal global), la funciones viscerales y emocionales. Según Rolando Toro “la vivencia aporta a la experiencia subjetiva del individuo la palpitante cualidad existencial de lo vivido “aquí y ahora”.
La metodología de la Biodanza se basa en la inducción de vivencias integrativas que implican una inmediata y profunda conexión consigo mismo estimulando situaciones placenteras y positivas que estimulan el reaprendizaje de las funciones originarias de la vida. La vivencia evoca situaciones emocionales que posteriormente son integradas a nivel de la conciencia, encontrando así el significado a lo vivido y encontrando nuevas motivaciones comportamentales para la vida. En este sentido el camino de la Biodanza va desde la emoción al significado.

En Biodanza no hay análisis o interpretación psicológica al estilo de la psicoterapia, sólo hay descripciones de vivencias personales como experiencias interiores con un alto efecto integrador.
La vivencia es anterior a la conciencia, espontánea, subjetiva, temporal (en el aquí y ahora), con distinto grado de emocionalidad, con una dimensión cenestésica (compromete a todo el cuerpo, la puerta de entrada hacia el inconsciente vital), con una dimensión ontológica (conexión íntima con el ser) y una dimensión psicosomática (elevando el grado de salud y vitalidad). Es única en su existencia.
Actualmente las investigaciones sobre la naturaleza del conocimiento no se limitan al saber racional, sino que comprenden también aspectos etológicos, místicos y poéticos. Esto da pié a que la metodología vivencial sea un modelo de exploración de los orígenes del conocimiento que nos comunica un contenido preciso de sensaciones y de percepciones que anula la distancia entre lo que se siente y la observación de propio sentir. A esto le llamo el sentido del Saber.

La metodología vivencial acelera los procesos de integración y facilita la transformación de esquemas de vida tóxicos en esquemas de vida saludables.

Biodanza y ADN

El ADN contiene el código genético y es el responsable del funcionamiento y el desarrollo de la vida. A través de estudios procedentes del campo de la epigenética (rama de la ciencia que estudia la influencia del ambiente sobre la información genética y el desarrollo ontogenético) se ha comprobado la influencia de la calidad de los estímulos ambientales en el funcionamiento y el comportamiento del ADN. Un ambiente lleno de ruido, de imágenes destructivas o tristes producía un re-plegamiento de la hélice del ADN. En cambio ambientes ricos en estímulos de amor, paz, tranquilidad, felicidad producían una distención de la hélice.

Investigaciones procedentes de la física cuántica añadieron que este comportamiento del ADN ocurría incluso cuando la muestra de ADN estudiada estaba a km de distancia de su dueño.

¿Todo está conectado? Sí.

Todos somos uno.

La Biodanza actúa directamente sobre la programación de nuestro ADN al crear un ambiente enriquecido de estímulos para la expresión y el desarrollo de los potenciales innatos humanos.



En palabras de Rolando Toro la Biodanza “está basada en un sistema que reintegra a los seres humanos para vivir la vida plenamente, con toda su intensidad. Y es que hemos ido poco a poco olvidando la importancia de cosas tan fundamentales para lograr una vida feliz como respirar, caminar, comunicar nuestras emociones y sentimientos, compartir, amar… Es decir, nos olvidamos de sentir. La Biodanza pretende despertar esas funciones innatas del ser humano que están casi totalmente reprimidas en nuestra civilización. Utilizamos una metodología simple y efectiva que facilita la conexión de cada uno consigo mismo (sus necesidades y deseos), con los semejantes (familiares, compañeros…) y con el universo (el entorno inmediato y más aún). Porque es indispensable que esos tres niveles de comunicación estén integrados”.

La acción de la Biodanza sobre el potencial genético queda registrada en las llamadas cinco líneas de vivencia o líneas de necesidades diferenciadas que Rolando Toro nombró como Vitalidad, Sexualidad, Afectividad, Creatividad y Trascendencia.